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lunes, 18 de junio de 2018

Maduro, vete en paz

Por Luis Manuel Aguana

Cuando ya era insostenible para la opinión publica la inevitabilidad de la muerte del Presidente Hugo Chávez Frías, escribí una nota muy respetuosa que titule “Presidente, muera en paz” (ver http://ticsddhh.blogspot.com/2011/10/presidente-muera-en-paz.html). Sin detallarles el asunto, en resumen le pedía que arreglara sus cuentas en la tierra antes de irse, porque Dios le había impuesto una pena que le imponía resolver, si no todo, por lo menos en gran parte, el desastre que nos había ocasionado a todos los venezolanos.

En esta oportunidad deseo hacer algo semejante pero con el régimen de Nicolás Maduro: que arregle sus cuentas antes de irse.  Ya el régimen está mostrando signos inequívocos de cercanía a la muerte, que se exteriorizan cuando aplican la pena de destierro a personas consideradas sus enemigos políticos, en clarísima violación a lo dispuesto en nuestra Carta Magna en su Artículo 50: "...Ningún acto del Poder Público podrá establecer la pena de extrañamiento del territorio nacional contra venezolanos o venezolanas.

¿Qué parte de “Ningún acto del Poder Público” no entendió el régimen desterrando al Vilca Fernández al Perú? Sin duda que con esas actuaciones el régimen demuestra que están conscientes de la cercanía de la muerte y lo irreversible de los resultados -Tiby Lucena dixit- de todo este desastre que han provocado en Venezuela.

Sin embargo, como lo estuvo Chávez cuando escribí esa nota en el 2011, el gobierno aun se aferra a un último respiro y patalea, igual que El Galáctico en su oportunidad, en contra de la Constitución, obligando venezolanos al cambiar prisión por destierro, tal y como se hacía en los peores momentos de nuestras dictaduras pasadas. Si alguien dentro o fuera de Venezuela dudaba que esto que existe como “gobierno” en la Venezuela de Nicolás Maduro fuera una dictadura, ya se convenció de ese hecho irrebatible. Y eso no es tolerable en este continente en pleno siglo XXI.

En consecuencia, los de la MUD/Frente-Amplio ya debieran estar cambiando su discurso electoralista y remojando sus bardas porque todos aquí, querámoslo o no, tenemos un número. Pero fieles a su tradición colaboracionista, al parecer ya se están preparando para respaldar al régimen en las siguientes elecciones de Concejales que anuncio el CNE para diciembre, a pesar de que ninguna dictadura acepta medirse en una contienda electoral si no cuentan ellos mismos los votos y se ponen a ganar, como pasó el 20M. Si insisten en eso, estarán dándole un espaldarazo y reconocimiento a Maduro y su “triunfo” electoral, negando la sentencia del TSJ legítimo, que declaró NULO el actual sistema electoral venezolano (ver Sentencia de la Sala Electoral del TSJ-L en https://tinyurl.com/y77abfxy). De acuerdo a ella no se pueden realizar más elecciones con voto automatizado en Venezuela.

Pero volvamos a lo inevitable del fin, y lo que deberían estar haciendo en el régimen para irse en paz como le fue sugerido a Chávez antes de su muerte y que en este caso se traduce a que el régimen se vaya “con el menor trauma posible” para todos, ellos incluidos. Y no me refiero precisamente a la tesis de ¡Maduro renuncia! que es la tesis de los opositores anti MUD, y que no necesariamente implica que se vaya voluntariamente y en paz.

Asumiendo como obvio que el régimen no se quiere ir, usurpando el gobierno del país, provocando el mayor malestar y rechazo que se ha tenido en la historia, cometiendo actos y delitos de toda índole penados por la justicia internacional, y los cercos cerrándose cada vez más alrededor de su cuello, ¿qué haría un delincuente para no salir malogrado de esta situación de rehenes en la que ellos mismos se han metido, sometiendo a los venezolanos?

Poco a poco testaferros y familiares de las principales cabezas del régimen están siendo expulsados de muchos países del mundo, y ellos están sitiados en Venezuela. No pueden salir sin que sean capturados por la policía internacional y remitidos por cargos criminales a los Estados Unidos.

Si usted estuviera en esa situación ¿qué haría? Tal vez lo más lógico sería negociar para ver como se desembaraza de la justicia como cualquier delincuente que se mete a robar un banco y amenaza con matar a los rehenes, pero rodeados afuera por la policía. No hay para donde escapar. Al ir poco a poco cortándoles las vías de supervivencia exterior, lo que les queda es refugiarse en el país con el riesgo cada vez más creciente de terminar como Benito Mussolini y Clara Petacci, en la Plaza de Loreto de Milán, a manos de quienes fueron sus víctimas, mientras intentaban huir desesperadamente de la situación. Me imagino que esa debe ser la pesadilla recurrente de muchos de ellos.

Pero, ¿por qué llegar a eso? ¿Por qué no irse en paz como le sugerí a Chávez en el 2011? Está claro que después de haber cometido un fraude de las magnitudes del 20M, Maduro y su régimen no amanecerán un día diciendo “me voy”. Tendría que haber una sucesión de pasos previos que lleven concertadamente a un final con el menor trauma posible. Nuestra sugerencia: una Consulta Popular. Paradójicamente una Consulta Popular es una salida que le conviene a todo el mundo por igual. ¿Por qué? Porque se obedecería al mandato popular que de ella provenga. Los términos serán los que decida el soberano pero con los votos contados por la sociedad civil –sin el CNE-, con la observación de la comunidad internacional.

Si el régimen permite esa consulta a sabiendas de que la perderán, saldrán por la puerta del frente, y si en esa consulta se prevé un llamado al Constituyente Originario, tal y como ha sido nuestra propuesta (ver Porque ANCO propone una nueva Consulta Nacional, en http://ancoficial.blogspot.com/2018/06/comunicado-porque-anco-propone-una.html), entonces la población que aun acompaña al régimen tendría su representación proporcional acorde con los seguidores que aun cuenten. No tendría que haber violencia de rescate de rehenes (si es que eso estuviera planteado), ni tendría que haber implosión social con hordas buscando venganza (a mi juicio en algunos casos justificados) hacia aquellos que han arruinado y masacrado a esta población de hambre y enfermedades. Y lo mejor de todo, el Gobierno de Emergencia Nacional que se escoja saldría de una decisión popular al autorizar al Constituyente Originario para que lo designe. No se trata de “rocket science”, solo de puro sentido común.

Si este mensaje le llega a alguien del régimen que no pueda dormir pensando que tiene que “morir por la revolución”, no tiene porque hacerlo. Si no ha cometido crímenes, puede seguir luchando democráticamente en una Asamblea Nacional Constituyente legítima, si el pueblo le da su representación en unas elecciones constituyentes validadas por todo el mundo. También podría hacerlo luego en un Congreso democrático producto de una nueva Constitución. Es más creo que son muchos los que estarían de acuerdo con esta solución y se acogerían a ella, militares incluidos.

Pero es claro que también deberá haber justicia. Esa Asamblea Nacional Constituyente Legítima deberá, sin cacería de brujas, designar un Tribunal Especial para establecer las responsabilidades a las que hubiera lugar por todos los crímenes cometidos en este largo período, desde el desfalco y robo de los recursos a la Nación hasta los crímenes y violaciones a los Derechos Humanos de los venezolanos.

¿Podría ser esta propuesta posible? Es tan posible como lo fue cuando le pedí a Hugo Chávez que enmendara sus errores antes de morir. No lo hizo y creo que no lo debe estar pasando muy bien en donde este. El Creador lo debe estar tratando de la misma manera como él trató a los venezolanos, razón por la cual debe estar muy arrepentido de no haber seguido mi sugerencia.

Ahora mi recomendación a un régimen moribundo es proponerle lo mismo que le sugerí al Galáctico en su oportunidad: que muera en paz. Esto es, que resuelvan antes de irse si quieren salvarse, no solo acordando una consulta al pueblo venezolano en los términos propuestos, sino atenerse a obedecer al veredicto popular, cualquiera que este sea. En otras palabras ¡que el pueblo venezolano decida! Eso no solo les permitirá como grupo político “morir en paz” (de una manera figurada, claro está) como declinó hacerlo Hugo Chávez en su oportunidad, sino permanecer en el juego político de la Venezuela que venga. Aun están a tiempo de hacerlo mejor que su Comandante, salvándose de los designios de la Justicia Divina, yéndose en paz…

Caracas, 18 de Junio de 2018

Twitter:@laguana

jueves, 14 de junio de 2018

Más que una sentencia electoral

Por Luis Manuel Aguana

No quiero calificar como “victoria” este hito trascendental de ayer cuando el TSJ legítimo sentenció a favor de un cambio radical en el sistema electoral venezolano (ver TSJ Legitimo declara nulo el uso del voto automatizado para elecciones en Venezuela, en http://ticsddhh.blogspot.com/2018/06/tribunal-supremo-de-justicia-declara.html), porque para hacerla efectiva todavía hay que seguir haciendo lo que Adriana Vigilanza (@adrianavigi), autora en el exilio del recurso electoral que produjo la sentencia, ha hecho por muchos años: trabajar, trabajar, trabajar y seguir trabajando para que efectivamente hayan cambios sustanciales en la manera de hacer las cosas en Venezuela.

En esta guerra tan larga no puedo dejar de recordar gente valiosísima que han dejado una huella imborrable, porque estuvieron allí -y de alguna manera siguen estando- y que sin su aporte difícilmente algún juez hubiera sentenciado a favor de este cambio. Incontables cartas públicas y reuniones con políticos reclamando Elecciones Autenticas realizamos con Eric Ekvall, fallecido en medio de esta lucha electoral cuando más lo necesitábamos, principal denunciante de la complicidad de la MUD en el fraude del revocatorio de 2004; Iñaki Gainzarain, matemático y articulista,  profundo analista político de las fisuras del fraude técnico y crítico tenaz de las actuaciones del CNE, desde su blog Gainza&Edmat Winds y BitakoraEva; el incansable José Méndez, ingeniero experto en energía, quien no ha dejado de insistir y aportar pruebas en la Corte Penal Internacional, que esto que nos pasa tiene su origen en los delitos electorales perpetrados en el CNE y que estos deben ser considerados también como delitos de Lesa Humanidad; Pablo Brito Altamira y Luisa Elena Vidaurre, principales impulsores de la Declaración de Caracas, Coalición por la Independencia y el Progreso y fundadores de la ONG Por La Conciencia, que combatieron en su época porque se produjera este reconocimiento de ayer a Elecciones Auténticas y a un cambio fundamental del sistema electoral venezolano; a la extraordinaria gente del Estado Táchira autores de aquel informe reseñado en este blog, Algo bueno paso en el Táchira en el año 2012, extraordinarios técnicos que firmaron bajo el seudónimo Plinio Vargas; y por supuesto imposible dejar de recordar al desaparecido Carlos Lee Blanco, profesor universitario, venezolano insigne, impulsor de todas las iniciativas de cambio institucional en materia electoral.

Tal vez se me queden algunos en el tintero que hayan colaborado en esta lucha que comienza al ver sus frutos con la sentencia de hoy del TSJ legítimo. Solo quería recordar a quienes con sus esfuerzos han hecho la diferencia, y a los cuales Venezuela les debe un reconocimiento profundo. Mucha gente, muchos recuerdos en este largo accionar que está recién empezando con objetivos concretos alcanzados, iniciando con esta histórica sentencia que declara nulo el uso del voto y escrutinio automatizado en Venezuela.

Pero como mencionaba, este es solo el comienzo. Debemos seguir trabajando, trabajando y trabajando mucho más. No debemos olvidar que esta lucha no está planteada solo en contra del sistema electoral que este régimen nos ha impuesto desde hace más de 14 años, sino de sus pretendidos herederos, que aún siguen pidiendo elecciones sin querer modificar ni en un milímetro este mamotreto técnico-político que tiene sojuzgada la democracia y la libertad en Venezuela, y desean utilizarlo para sus propios fines. Es por eso que lo que está en juego aquí es mucho más de lo que superficialmente se percibe.

Los políticos de la MUD-Frente Amplio siguen empeñados en convencer a los venezolanos en embarcarnos en otro proceso electoral "con condiciones" sin explicar que esas "condiciones" son imposibles de lograr sin otro sistema electoral. Que primero hay que cerrar ese antro llamado CNE, reformar de raíz el sistema,  para luego nombrar nuevas autoridades que puedan darles confianza a los venezolanos de que están eligiendo con la máxima confiabilidad a sus representantes.

Pero eso no es lo que está planteado aquí con la oposición oficial. Ellos pretenden que se siga utilizando ese sistema pero con “otros Rectores” y otras “condiciones electorales”. Todos sin excepción, piden elecciones pero sin pasearse por el pequeño detalle que el sistema NO SIRVE como lo ha evidenciado esa histórica sentencia del TSJ legítimo, y de allí la importancia principalísima de darla a conocer a todo el mundo, en especial a aquellos países que sin conocer las interioridades de esa trampa-jaula que es el CNE, creen que saldremos de esta grave crisis solo con hacer elecciones con “condiciones electorales”. Como me reseñaba un amigo político, solamente por el hecho mismo que se han ido más de 3 millones de venezolanos del país, no se puede ir a otro proceso electoral porque atentaría contra el derecho participación de esa gente.

Tal y como implica la sentencia, en Venezuela NO SE PUEDEN REALIZAR MAS ELECCIONES hasta tanto no se cambie el sistema electoral y se reformen las leyes y reglamentos electorales que sean necesarios para ajustarse a esa declaratoria de NULIDAD del sistema automatizado de votación y escrutinio para la elección de los cargos de representación popular de los Poderes Públicos y otras elecciones. En otras palabras de acuerdo a lo solicitado, y declarado CON LUGAR, “No pueden ser celebradas ningunas elecciones en la República Bolivariana de Venezuela, hasta que no se cuente con un árbitro (el Consejo Nacional Electoral) y un sistema de votación y escrutinio que permita tenerlas como elecciones ‘auténticas’, conforme a la Constitución de la RBV (sic) y los Tratados de Derechos Humanos por ella reconocidos”. Más claro no canta un gallo mañanero.

Entonces que se dejen de decir, escribir, declarar, manifestar, comunicar todos los voceros de la oposición oficial, incluyendo quienes desde la Iglesia Católica lo hacen de buena fe, que lo que debemos hacer en Venezuela es pedir más elecciones “con condiciones”. ¡¡¡Por favor, ya basta!!! Los venezolanos PRIMERO debemos salir constitucionalmente del régimen de Nicolás Maduro, establecer un Gobierno de Emergencia Nacional que logre ejecutar plenamente esta sentencia electoral para luego entonces, después de un periodo de estabilización y reinstitucionalización, volver a llamar a elecciones con un nuevo sistema electoral completamente saneado. Ese es el orden. De allí la extrema importancia de esta sentencia que la oposición oficial ha decidido ignorar como si aquí no hubiera pasado nada, como ha ignorado el mandato popular del 16J.

No es una simple sentencia electoral, es muchísimo más que eso porque implica que esos Rectores que indica el numeral Cuarto de la Decisión, “SE EXHORTA a la ASAMBLEA NACIONAL que de conformidad al artículo 296 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela inicie el proceso de selección y designación de nuevos Rectores del Consejo Nacional Electoral…” solo tiene sentido si se hace dentro del cambio ordenado en el contexto de la sentencia, y ubicándose todo en un entorno aun mayor de cambio del sistema político del país.

Pero lamentablemente veremos desde la sociedad civil, de nuevo, a una oposición ciega, sorda y minúscula queriendo “hacer primarias” para elegir a un “nuevo liderazgo” de la oposición para buscar esas elecciones, tratando de nuevo de engañar a la gente. ¡Por favor! Si no fuera tan patético causaría risa. Los ciudadanos debemos empoderarnos de estas decisiones porque no están precisamente dirigidas a quienes nos han frustrado y que han demostrado con creces no estar a la altura del problema del país. Van dirigidas a nosotros y por eso debemos comprenderlas a cabalidad.

El 1ro de Junio un grupo de venezolanos conscientes de eso comenzamos solicitando la decisión de ese Gobierno de Emergencia Nacional al TSJ legítimo, esperando que sean muchísimos en la sociedad civil quienes apoyen ese curso de acción. Ya no podemos esperar más por la Billo’s como se decía en mis tiempos. La gente se muere, no hay más tiempo que perder.

Caracas, 14 de Junio de 2018

Twitter:@laguana

lunes, 14 de mayo de 2018

Gobierno de Emergencia Nacional

Por Luis Manuel Aguana

En un premonitorio editorial del 15 de febrero de 2016, Analitica.com titulaba “Se requiere un gobierno de emergencia nacional” (ver https://www.analitica.com/opinion/se-requiere-un-gobierno-de-emergencia-nacional/). A más de dos años, el editorial terminaba sentenciando: “De persistir el gobierno en el estéril enfrentamiento con la Asamblea, que en el fondo es también con la mayoría del pueblo venezolano, el desenlace puede ser trágico y nefasto para la recuperación del país y para el restablecimiento de la democracia en Venezuela.”. El editorial mostraba la preocupación de todos los venezolanos de la decisión del régimen de ignorar a pocos días de ser instalada la oposición en la Asamblea Nacional, la voluntad del pueblo soberano expresada en las urnas el 6D-2015.

Y fue trágico y todavía no toca fondo. El régimen todavía sigue ignorando la voluntad popular. Pero lo más trascendental de eso es que cuando todos hablábamos de la necesidad de un gobierno de transición, lo que en realidad se requería, ante el grado de destrucción de ese entonces, era un gobierno de emergencia, como lo sugería el editorial al comparar la destrucción de la Venezuela de hace dos años con Europa al concluir la II Guerra Mundial, con Plan Marshall incluido. Si en ese entonces se justificaba ese Gobierno de Emergencia Nacional, ni decirles que ahora es una necesidad perentoria.

¿En qué se diferencian ambos términos y porque debemos comenzar a pedir ese Gobierno de Emergencia Nacional y no un Gobierno de Transición? En que a raíz del comienzo del proceso de destitución por delitos de corrupción iniciado por el TSJ legítimo en contra de Nicolás Maduro Moros, lo que está constitucionalmente establecido es que una vez depuesto el ocupante ilegitimo de la Presidencia de la República y sustituido por alguien constitucionalmente válido (no incluido al actual ocupante de la Vicepresidencia de la República), debe procederse a concluir el período constitucional y llamar a elecciones legítimas.

Pero, ¿es realmente eso lo que es más conveniente para el país en el actual estado de cosas donde la gente se está muriendo en los hospitales y por hambre en las calles? ¿Llamar a un proceso electoral en un entorno completamente inhóspito, con un país y una burocracia gubernamental secuestrados por hambre a través de una tarjeta de alimentación? Algunos dirán, “bueno, es que ya en ese momento habremos cambiado a Maduro y esos detalles se corregirían antes del proceso”.

Nada más alejado de la realidad. Solamente si consideramos que el sistema electoral venezolano está completamente viciado y distorsionado a favor del régimen y su partido, no es posible realizar ni siquiera la elección de una reina de belleza sin que el resultado sea modificado. Y para comenzar a depurar técnica e institucionalmente todo el sistema se requiere de un tiempo importante que debería comenzar por la depuración del Registro Electoral. La intervención del CNE debería ser lo primero que tiene que acometer un Gobierno de Emergencia Nacional.

Por otro lado, la designación de un nuevo Gobierno, que debe asumir la Asamblea Nacional en una atribución que no pueden eludir porque forma parte de sus responsabilidades constitucionales, requiere de un acuerdo político que de suyo es complejo. Ya van tarde porque el mandato expresado contundentemente el 16J-2017 fue deliberadamente ignorado, con la intención expresa de negociar con el régimen en República Dominicana. Ahora teniendo una exhortación del TSJ legitimo designado por ellos para iniciar el procedimiento constitucional correspondiente, la Directiva de la Asamblea decidió de nuevo cometer el error de ignorar la designación de un nuevo gobierno. Están a tiempo de cambiar eso.

Una vez designado al sucesor de Maduro, ese sucesor debe conformar un gobierno que lejos de llamar a un proceso electoral debe acometer “la ciclópea tarea de corregir todo aquello que ha conducido a Venezuela a la peor crisis de su historia republicana” como lo indicaba el editorial citado, sin perder un segundo de tiempo. Es por eso que lo que Venezuela necesita es un Gobierno de Emergencia Nacional, no uno de transición para llamar a elecciones. ¡Estamos en emergencia! Pero voy más allá.

Ese Gobierno de Emergencia Nacional, en uso de sus atribuciones, tiene que tener la obligación de consultarles a los venezolanos acerca de su futuro, acerca de la refundación del país. Un país destruido y necesitado de un Plan Marshall, del que seguramente nos proveerá la comunidad internacional, debe plantearse una reforma institucional a fondo que arranque luego de concluido ese Gobierno de Emergencia, que debería estar en funciones al menos dos años, mientras se resuelven los ingentes problemas del corto plazo. Y esa consulta no es otra que el pueblo se pronuncie acerca de un proceso Constituyente de carácter Originario por iniciativa popular.

Lamentablemente tengo la sensación que ningún partido de la oposición oficial está viendo el problema de esta manera. Viven de las glorias del pasado. Creen que volverán al país de 1998 y están equivocados. Creen que será suficiente con ir a una transición y elegir a un nuevo gobierno sin cambiar las estructuras fundamentales del país, en una suerte de “quítate tú para ponerme yo”. Y eso es un error monumental porque el país debe cambiar para mejor y asegurar el futuro de las nuevas generaciones. No murieron cientos de jóvenes en estos años para jugar al “gatopardismo” de cambiar para que todo quede igual. Aquí deberemos convivir con una suerte de nuevo “peronismo democrático” (si es que eso posible) que quedará luego de esta debacle chavista-madurista. Y ese país nuevo deberemos diseñarlo y construirlo junto con ellos para que pueda haber estabilidad política, no es de otra manera. Es así que a todos nos conviene ese llamado al Constituyente.

Resulta paradójico que el frustrado Decreto No. 1 de los golpistas del 4F-1992 contemplara un Gobierno de Emergencia Nacional con la obligación del llamado a un proceso Constituyente durante su desarrollo (ver  Los decretos del 4F, http://quintodia.net/los-decretos-del-4f/): “Artículo 4.- Estas funciones legislativas asumidas por decreto por esta máxima instancia de poder público de la República de Venezuela, durarán el tiempo necesario hasta que una próxima Constituyente, tomando en cuenta los cambios políticos fundamentales que este corte histórico en la vida política nacional haya producido a partir de la acción victoriosa del Movimiento Cívico-militar, los plasme en una nueva Constitución bajo cuya referencia se convocará al país para que libérrimamente se pronuncie por la constitución de todos los poderes públicos fundamentales de la Nación.”.

Como pueden ver, nunca como ahora el país se reencuentra con sus propios fantasmas. Ojalá que esta vez no volvamos a equivocarnos y se entienda correctamente un Gobierno de Emergencia Nacional a favor de todos los venezolanos, que nos conduzca a salir de la crisis y a la refundación del país.

Caracas, 14 de Mayo de 2018

Twitter:@laguana